ARISTIDES VEGA CHAPÚ
Santa Clara, Cuba, 1962.
Poeta y editor.
Ha publicado, entre otros, los poemarios Breve estancia de Cristo en la ciudad de Matanzas (1989), Últimas revelaciones en las postales del viajero (1994), Finales de los años (1994), La casa del Monte de los Olivos (1996), Retorno de Selín (1998) y El riesgo de la sabiduría (2000).
TEXTOS EN ESPAÑOL - TEXTOS EM PORTUGUÊS
ALFORJA REVISTA DE POESIA. XXVII - Invierno 2003. Director José Vicente Anaya y José Angel Leyva. Editor Luis Ignacio Sánz. México, D.F.: Universidad Autónoma de México, 2003.
Ex. bibl. Antonio Miranda
El riesgo de la sabiduría
A Gonzalo Canete
He podido conversar a solas con la noche,
escuchar sus latidos, profundos silencios
que nada nombran, ni defínen.
Sólo frases pronunciadas con merecida paz
cuando no se quiere oír más que a Dios.
Ellas pueden aventar el polvo, senalar el rumbo
de los astros que han arrojado su brillo al lodo
para dejarse atrapar por las brasas de la oscuridad
en que no bastan las palabras para aliviarnos.
Pudieran ser pronunciadas con sabiduría
si no agonizáramos en la fría sombra
que revela este cielo.
(Converso a solas
sin que se aleje de mi el temor a morir
lejos de casa o en un bosque,
o en la geografía prometida,
o cerca del camino aún angosto y quebrado,
en la distancia desconocida del misterio
de una palabra pronunciada en la noche.
Si dejan de existir los tronos será porque
a todos pese demasiado una corona
A Pedro Llanes
Si estuviera moviendo los lábios no me escucharías.
Falta a mis palabras el sonido. Sólo logro conversar conmigo mismo, en silencio. Pero aún puedo escuchar
la estrofa en que la Patria se entona sobre caballos de carnes incendiadas que no se detendrán.
Suplantaré tus recuerdos. He depositado mis lágrimas
bajo la piedra con que apagaré el fuego. Cada sobreviviente creerá en una historia diferente.
Diferentes historias contarán los resucitados.
- TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de ANTONIO MIRANDA
O riesgo com a sabiduría
A Gonzalo Canete
Consegui conversar sozinho com a noite,
escutar seu ritmo cardíaco, profundos silêncios
que nada nomeiam, nem definem.
Somente frases pronunciadas com merecida paz
quando não se quer ouvir mais que a Deus.
Elas podem aventar o pó, indicar o rumo
dos astros que arrojaram seu brilho ao lodo
para deixar-se capturar pelas brasas da escuridão
em que não bastam as palavras para aliviar-nos.
Puderam ser pronunciadas com sabedoría
se não agonizássem-nos na fria sombra
que revela este céu.
(Converso sozinho solas
sem que se distancie de mim o temor de morrer
longe de casa ou em um bosque,
ou na geografia prometida,
ou próximo do caminho ainda estreito e destruído,
na distância desconhecida do mistério
de uma palavra pronunciada na noite.
Se deixam de existir os tronos será porque
a todos pesa demasiado uma coroa
A Pedro Llanes
Se estivesses movendo os lábios não me escutarías.
Falta às minhas palabras o som. Apenas logro conversar comigo mesmo, em silêncio. Mas ainda posso escutar
a estrofe em que a Pátria é entoada sobre cabalos de carnes incendiadas que não se deterão.
Suplantarei tuas lembranças. Depositei minhas lágrimas
sob a piedra com que apagarei o fogo. Cada sobrevivente vai acreditar em uma história diferente.
Diferentes histórias contarão os ressucitados.
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Página publicada em abril de 2021
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